Theolito VIII JEHOVA RUAH

Significado: El viento de Dios



Casa que hoy está catalogada como casa rural de 4 estrellas  y que pertenece a la sociedad Medinaceli 2000 SL.


Está ubicada en el centro del pueblo, en el Callejón de la Cárcel, al lado de la Torre de la Iglesia, muy cerca de la Plaza Mayor y de la Plaza del Casino, tiene planta baja y dos alturas y según las escrituras tiene una longitud de veintiséis metros y una latitud de veinte metros, que componen un área plana de cuatrocientos veinte metros.

Medinaceli 2000 SL , la propietaria, se constituyó en el año 1999 por parte de los hermanos Juan Carlos y Francisco Javier Fernández y la esposa de éste Pilar, quienes también son propietarios del restaurante Asador El Granero y el Hotel MedinaSalim.

El derecho de propiedad le corresponde por la compraventa a Desiderio Bermejo Abenza y África Valdeolivas Fernández, otorgada ante el notario de Almazán Luis Arturo Pérez Collados el día 15 de julio de 1999.

La casa con anterioridad era propiedad de Pedro Bermejo Abenza, artista, pintor y maestro de pintores de Barcelona, que en ella hizo escuela y taller. El edificio, en lamentable estado de conservación y casi en ruinas, fue reconstruido por Pedro y sus compañeros artistas y en la actualidad se conserva la misma distribución, con espacios amplios y mucha luz.

Pedro Bermejo la adquirió de Tomás, el Ventosa, llamado así por su procedencia de Ventosa del Ducado, y que también tenía un hermano, Juanito el Ventosa.

Tomás, el Ventosa, regentaba con su mujer, Dominica, una taberna en la plaza de San Julián (En el edificio aislado), siendo un precursor de la hostelería de Medinaceli, al igual que lo fue el Gregoriejo (Gregorio Medina) en su local del callejón de San Gil. Aún se recuerda el aroma del anís Cazalla y el vino de Aragón mezclados con el de las sardinas arenques y el congrio rancio. Mientras fue propiedad suya la casa habitó en ella D. Juan Agustinillas, que fue párroco de la Colegial.

Entre la casa de Gerome de Rollín y esta de Calle Cárcel 4, y en colindancia, está otra casa que fue destinada temporalmente a tienda por Felipe Morales y que ha sido habitada hasta su fallecimiento por un personaje peculiar, Pedro Sarragua Leyva, que era un economista del Estado jubilado que vivía todo el año. Era crítico, melancólico, doliente y siempre refunfuñaba de todo. Leía constantemente a los clásicos griegos: Homero, Platón, Sócrates y luego como te viera despistado te lo contaba.













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